LOS PROCESOS DE DUELO…
Habitualmente hablamos de duelo cuando una persona está transitando un período de su vida en el que se dan una serie de emociones y conductas que están vinculadas con la pérdida de un ser querido.
Es importante saber que este proceso también se pone en marcha cuando sufrimos otro tipo de pérdidas, como puede ser: un fracaso personal, perder el trabajo, la necesidad de emigrar del país de origen, etc.
A lo largo de nuestras vidas y desde el nacimiento, vamos sufriendo una cantidad de pérdidas “funcionales”:“perder” la condición anterior y es el destete acontecido al bebé de meses, una situación típica de duelo.
Cualquier avance en el desarrollo significa: que en cada etapa evolutiva y según como la transitemos, nos van a quedar vivencias, aprendizajes, fortalezas y debilidades para las cuales juega un rol fundamental el apoyo de nuestro entorno más próximo como elemento de contención y de constitución de nuestra personalidad.
PROCESOS QUE NOS INVOLUCRAN INTEGRALMENTE
Se entiende por duelo y procesos de duelo “al conjunto de emociones, representaciones mentales y conductas vinculadas con la pérdida afectiva, la frustración o el dolor: de ahí el sustantivo procesos de duelo, para hacer hincapié en que se trata de un complejo diacrónico no sólo de emociones, sino también de cambios de cogniciones, de comportamientos, de relaciones…”
Existen además determinadas pérdidas que desencadenan procesos de duelos complejos y muy dolorosos:
- Las referidas a familiares próximos (madre, padre, hermanos), a lo que se agrega el hecho de que la muerte se produzca en seres muy jóvenes o en hijos antes que los padres o en forma súbita.
- La representación de la pérdida (re-presentación: volver a presentar, plasmar algo ausente), genera toda una serie de sentimientos y emociones que oscilan entre tristeza y dolor, rabia y agresión, desesperanza, rivalidad, envidia… en fin, un proceso más o menos duradero pero siempre penoso.
Los seres humanos siempre hemos tenido la necesidad de adjudicarle significado… a todo. Y nos encontramos con ciertos “enigmas universales” que, por definición, no tienen respuesta.
Entonces hemos construido cierta variedad de significados para la muerte (y para la vida)... que van desde concebir a la muerte como un “fin mayor dentro del contexto de la vida” o que ella sirva “de pretexto para empobrecer la calidad de la vida cotidiana”.
LA IMPORTANCIA DEL SOPORTE DE FAMILIARES Y AMIGOS
Existen determinados ritos y costumbres, socialmente “aceptados”, que contribuyen a que las personas se centren en el trabajo psicológico del duelo. Estos hablan del nivel de esa sociedad, sus instituciones y sus grupos, que se corresponden con una cultura concreta.
La elaboración del duelo consistirá en un arduo trabajo psicológico dirigido hacia la aceptación de la nueva realidad interna y externa. Ello supondrá la superación de la tristeza y la reorientación de la actividad mental y social hacia nuevos objetivos.
CUÁNDO TENDRÍAMOS QUE PREOCUPARNOS
Establecer un plazo para la elaboración de un duelo suele ser difícil de determinar. Ya decíamos antes que estas conductas y emociones se pueden desencadenar ante la vivencia pérdidas de distinto orden.
En general el duelo por la pérdida de un ser querido, en nuestra sociedad occidental, puede durar entre 6 meses y 2 años aproximadamente, dependiendo de una serie de factores de vulnerabilidad (edad, circunstancias psicosociales de la pérdida y del sujeto, antecedentes, características de personalidad y vivencias previas).
De todas maneras existen algunas señales que además y/o más allá de la duración en el tiempo, nos permiten ver que en lugar de llevarse a cabo una recuperación de las capacidades se produce un empobrecimiento, desinterés y falta de energía por las relaciones afectivas, por el entorno y por sí mismo, por las actividades intelectuales, por la inapetencia de goce, de placer y en detrimento de la funcionalidad física y psíquica que muchas veces se manifiesta a través de somatizaciones.
Es en estas situaciones, cuando la instalación de estas características va produciendo un deterioro más o menos profundo, un duelo patológico, donde se impone la necesidad de la consulta a un profesional.
EL PROCESO DEL DUELO DESPUES DE LA PERDIDA
Son todos los procesos psicológicos conscientes e inconscientes, que una pérdida pone en marcha y se divide en 4 fases:
- Fase de embotamiento de la sensibilidad
- Dura unas horas hasta una semana y puede verse interrumpida por episodios de aflicción y cólera. El sujeto se siente aturdido y le cuesta aceptar la realidad.
- Fase de anhelo y búsqueda del objeto perdido
- Aparece anhelo intenso, llanto, inquietud, insomnio y cólera dirigida a quienes considera responsables de la pérdida, y como protesta por no poder recuperar al objeto amado. Este deseo de recuperación puede llevar a no aceptar la pérdida, predominando entonces la rabia hacia los que intentan consolarle.
- «La búsqueda inquieta, la esperanza intermitente, y desengaño repetido, el llanto, la rabia, las acusaciones y la ingratitud son rasgos de la segunda fase del duelo y deben ser entendidos como expresiones de la imperiosa necesidad de encontrar y recuperar a la persona perdida».
- Fase de desorganización y desesperanza.
- Durante esta fase es frecuente la aparición de momentos de desesperanza y depresión.
- Fase de reorganización.
- La aceptación de la pérdida conlleva una redefinición de sí mismo (huérfano, viudo, divorciado..) y de su situación, el desempeñar papeles nuevos y el adquirir nuevas habilidades.
- En el duelo normal, que puede durar entre uno y dos años, es frecuente que persista una sensación de que el muerto está presente, ya sea como una compañía constante o en algún lugar específico. También es frecuente una sensación de soledad que nadie puede mitigar.
DUELO Y FAMILIA
La pérdida de un miembro de la familia exige una reorganización del sistema familiar, para adaptarse a la nueva situación. La familia, ante la pérdida de uno de sus miembros, debe llevar a cabo 4 tareas:
- Reconocimiento compartido de la realidad de la muerte. Se favorece con los funerales, el entierro y visitas a la tumba por parte de todos, incluyendo los niños.
- Experiencia compartida del dolor de la pena. Expresando libremente todos los sentimientos asociados.
- Reorganización del sistema familiar. Asumiendo las funciones del rol del difunto.
- Establecimiento de nuevas relaciones y metas en la vida. Lo cual se ve muchas veces dificultado por un sentimiento de lealtad al muerto, el temor a nuevas pérdidas, etc…
ASPECTOS TERAPEUTICOS PARA UNA EVOLUCION SALUDABLE DEL DUELO
- Concederse tiempo y espacio para ayudar a recomponer los pensamientos.
- Permitir la expresión del dolor y la aflicción ante la pérdida.
- La existencia de las vivencias depresivas en esta época no encierran ningún peligro, sino que más bien puede ayudar a conectarlos con las emociones.
- Reconocer los propios recursos y los límites de sus capacidades, entendiendo que durante un tiempo prolongado puede haber mucha vulnerabilidad.
- Los ritos que la familia proponga en beneficio de la persona fallecida: funerales, luto, etc., son beneficiosos
- Favorecer la toma de conciencia y de sentimientos de culpa reprimidos, si los hubiera.
- No precipitarse en la toma de decisiones.
- Estructurar su tiempo: actividad, descanso, etc.
- Búsqueda de recursos de la comunidad que estén a su alcance y que sean acordes con sus necesidades.
- Aceptación de nuevos apegos.
CORREO ELECTRÓNICO
ó
labitacoradelpsicologo@gmail.com
ver más sobre TERAPIA HOLISTICA INDIVIDUAL >>
TELÉFONOS MÓVILES
(puedes enviarnos mensajes de texto)
(2 7 1) 1 4 2 – 0 8 9 2
(2 7 3) 1 0 9 – 8 6 2 5
Psic. HUGO HERCI
Nota: Temas de Salud página:http://psicologiaholistica.wordpress.com/
27 \27\America/Mexico_City junio, 2011 en 6:46 am
Gracias por lai nformación,más calro y practico imposible. Soy terapeuta familiar estoy con una chica joven que está en proceso de separación tiene un hijo, como debe guiarsele avivir asi como lo plantean ustedes paso a paso su duelo, y que otros duelos hay y de la misma forma como vivirlos .Gracias de nuevo
Me gustaMe gusta