“El ser humano no es solo lo que puede ver, oír y tocar”
Lo que realmente nos define, muchas veces, es aquello que no somos plenamente conscientes: nuestros patrones subconscientes. Estos patrones, formados por experiencias pasadas, creencias arraigadas y emociones no resueltas, viven dentro de nosotros de una manera que a menudo ni siquiera podemos identificar. Sin embargo, su impacto en nuestro comportamiento y decisiones es profundo y, en ocasiones, doloroso.
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Imagina por un momento una situación cotidiana en la que te enfrentas a un conflicto, ya sea en el trabajo, con un ser querido o incluso contigo mismo. En ese instante, sin saberlo, los patrones subconscientes comienzan a activarse: recuerdos de viejas heridas, miedos no resueltos, juicios preconcebidos. Y en lugar de responder desde un lugar de claridad y serenidad, nos encontramos reaccionando, a menudo de forma impulsiva o inapropiada.
¿POR QUÉ SUCEDE ESTO?
Porque el subconsciente tiene un poder mucho mayor del que estamos dispuestos a aceptar. Es como un motor oculto que dirige muchas de nuestras acciones, sin que exista un control consciente sobre él. La mente consciente, la que realmente desea actuar de manera lógica y bien pensada, se ve opacada por estas fuerzas invisibles que se han formado a lo largo de los años. A menudo, lo que parece una reacción exagerada, inapropiada o desmedida, es en realidad el resultado de patrones emocionales heredados o construidos con el tiempo.
Este fenómeno es especialmente difícil porque no solo enfrentamos la frustración de no poder actuar con la calma que quisiéramos, sino que también nos enfrentamos a la culpa y la vergüenza por no haber podido manejar la situación de mejor manera. Esa sensación de “sabía lo que debía hacer, pero no pude” puede ser devastadora. Y lo peor es que, en muchos casos, no entendemos por qué nos comportamos de esa manera, lo que agrava aún más la incomodidad.
La dificultad se intensifica cuando esos patrones subconscientes están tan profundamente arraigados que ni siquiera somos conscientes de ellos. En esos momentos, tratamos de resolver situaciones sin saber que estamos jugando con un guión escrito en nuestra mente mucho antes de que naciera el problema actual.
Este guión, que a menudo incluye miedos, inseguridades o conductas aprendidas en la infancia, emerge en nuestras interacciones sin previo aviso, arrastrándonos en una espiral emocional que no sabemos cómo detener. Entonces, ¿cómo se puede actuar de manera adecuada cuando los patrones subconscientes nos empujan en direcciones opuestas a nuestros deseos más sinceros? La respuesta, aunque simple en su enunciado, es compleja en su implementación: la toma de conciencia.
COMENZAR A IDENTIFICAR ESTOS PATRONES ES EL PRIMER PASO HACIA LA LIBERACIÓN
Al reconocer lo que está sucediendo en nuestro interior, podemos elegir dar un paso atrás y responder desde un lugar de conciencia, en lugar de reaccionar desde la sombra de nuestros miedos. Este proceso no es rápido ni fácil. Requiere paciencia, compasión hacia uno mismo y, sobre todo, la disposición a enfrentar los aspectos más oscuros de nuestra psique. A veces, el simple acto de detenerse y respirar puede ser el primer indicio de que estamos tomando control, de que estamos eligiendo algo diferente a la reacción automática que siempre hemos conocido.
Actuar adecuadamente cuando nuestros patrones subconscientes se activan no significa ser perfectos, ni esperar una transformación inmediata…
- Significa ser conscientes de nuestra humanidad, de nuestras limitaciones y de nuestras emociones más profundas.
- Significa empezar a entender que el camino hacia la verdadera libertad emocional es un viaje, uno que nos exige ser valientes y aceptar que no siempre tendremos todas las respuestas, pero que sí podemos aprender a elegir nuestras respuestas con mayor claridad y amor hacia nosotros mismos.
Es un proceso doloroso, sí, pero también profundamente liberador; porque en el fondo, la verdadera dificultad no está en los patrones en sí, sino en la valentía de mirarlos a los ojos y decidir, una vez más, que es lo que quiero y que quiero para los demás.
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